martes, 17 de febrero de 2009

¿y como llegaron al norte? ... pues íbamos hacia el este y de pronto doblamos a la izquierda


(Parafraseando un excelente diálogo de el último de los mohicanos)


Estabamos Nelson, Mauricio, Alejandro, Roberto y yo viendo la forma de hacer algo distinto para ese año nuevo del 2003-2004, cuando no se nos ocurrió una idea más brillante que ir a visitar a Benjamín a Konstanz, Alemania, en medio del invierno europeo. Así que arrendamos un auto (VW gol) y partimos los 5 con maletas y todo hacia Alemania via Genoa, total, eran apenas 680 km. Según Mappy, la ruta era fácil:



Nos embarcamos hacia Italia en un auto requete pesado, por el camino mediterraneo buscando el megapuente que lleva a todos lados (al que ya me referí acá).





Seguimos en dirección al sol por las curvas de la costa mediterranea cuando dimos con el primer cartel "carretera que va a todos lados" de Italia (aún no manejabamos bien la cartelería italiana), el cartel decía algo así:



Por lo tanto, doblamos a la izquierda, pasamos un túnel y de súbito el invierno llegó a nosotros (en el mediterraneo había 10ºC):





Luego de avanzar por al menos una hora, nos dimos cuenta que el cartel nos había engañado! (o sea, que no sabíamos aún "leer" estos carteles) y que en vez de ir hacia Milano (y por ende a Suiza), íbamos derechito a Torino. Así que salimos de la autopista principal y, gracias a que alguien fue lo sumamente precavido (probablemente la novia de alguno de los que íbamos ahí) como para guardar un mapa de carreteras en una de las mochilas, retomamos hacia Milano.





En la carretera de hiper alta velocidad hacia Milano nos adelantó un toyota. "No te puede adelantear un toyota!" exclamó Roberto que iba de copiloto, así que aceleré y pasé al toyota. Luego, nos pasó un alfa-romeo... "no te puede pasar un alfa romeo!" dijo Roberto, así que aceleré alrededor de los 130 km/h en ese golf hiper pesado (se nos atravezaba un conejo y terminabamos en la nieve) y a duras penas pasé al alfa-romeo. En eso estaba cuando veo que de pronto nos sobrepasa un porsche. Roberto miró riéndose y dijo: "no te puede adelantar un porsche!". Así que obligado a acelerar a lo que más daba el auto (alrededor de 150 km/h) y mientras tanto veíamos como el porsche se alejaba por la carretera como si nosotros estuviesemos estacionados en la berma... En eso, llegamos al peaje de la entrada sur de Milano.





Rodeamos la ciudad (literalmente) y de pronto enfilamos hacia el lago Como. Donde nos esperaban los amables policías Suizos para vendernos el ticket que nos permitía usar las autopistas en dicho pais. La entrada fue lenta pero anduvo como reloj (chiste que me encanta repetir en el blog :P).

Cruzamos pues el túnel de San Gotardo (de apenas 17 km) para hacer la gran Heidi y pasar los alpes (?) hacia la llanura. El aburrimiento hizo que quisieramos pasar a estirar las piernas a una ciudad Suiza, la elegida fue Lucerna, y pasamos entreteniendonos de ver todo ordenado.



Como la ciudad era tan bonita y limpia y el resto de viajeros no pensaba moverse, lancé la frase célebre hasta el día de hoy para culparme por lo que vendrá más adelante:

Vamos andando que a las 8 cierra la frontera (entre Alemania y Suiza)


¿Se imaginan que cierren la frontera que queda en la mitad de un pueblo? yo no. Pero por alguna extraña razón, ellos si, así que partimos con el tiempo justo hacia Zurich.

Lo que nunca supusimos fue que Mappy nos fallaria, puesto que donde dice:



El último cartel no existía, y nos quedamos en Zurich dando vueltas (literalmente) buscando la dichosa salida 3 hasta que la encontramos... a las 19h30.

Teníamos 70 km por recorrer y 30 minutos para llegar a la frontera, por lo tanto la ecuación simple nos decía que debíamos irnos a una media de... 140 km/h. En nuestra vida nos habían fotografiado tanto (al auto, principalmente la patente) por ir a 140 km/h en zona de 80 km/h. En la frontera, el policía amablemente se rió de nosotros cuando le preguntamos si alcanzabamos a pasar la frontera antes que la cerraran (por si aún no lo han notado, esa frontera no la cierran). No es fácil hacer reir a un suizo XD. Nos pidió los pasaportes, le preguntó en inglés a Roberto:

¿Tiene algo que declarar?


Y Roberto respondió entero nervioso:

No .... not really.... (y nosotros al unísono "ufff, cagamos")


Ante lo cual el policía lo miró fijo y luego soltó una carcajada... bastante ridículos nos debemos haber visto en la situación (si, ahora me rio, esa vez ya estaba blanco).

Llegamos a Konstanz y dos cosas nos pusieron los pelos de punta: el frío y que la cerveza fuera más barata que el agua (así que fuimos al supermercado a cargar cerveza como si fuese agua, y las dejamos en el balcón para que se enfriaran). Además, nos explicaron que según la tabla publicada por la policía Suiza, la falta por exceso de velocidad correspondería a muchos francos suizos y algunos días en prisión (como 365). Nosotros esperamos aún que como el auto era arrendado, la multa le llegue en un tiempo no muy cercano al dueño, pero por las dudas desde ese día evitamos pasar por Suiza. Algunas fotos del año nuevo en Konstanz (y de la visita a Meersburg):















Realmente, nuestra historia no termina ahí, sino que COMIENZA:

Al devolvernos desde Konstanz, partimos temprano para irnos lento (je) un grupo de 5 barbudos, gordos de tanta cerveza, en un auto pequeño lleno de bolsos y esta vez yo manejaría para evitar nuevos excesos (de velocidad). El policía de la frontera por el lado alemán nos miró, nos pidió los pasaportes (todos con la visa de estudiante en Francia), nos volvió a mirar, entró a la oficina. Pasaron 15 minutos, volvió a salir (nosotros congelados), miró mi foto en el pasaporte, me miró y dijo algo inteligible para mi en ese entonces:

Où est-ce que vouz y allez? (para donde van?)


Se ve simple, ahora léanlo con acento alemán y explíquenselo a alguien que llevaba 3 meses en Francia. Por lo tanto, mi respuesta fue la típica:

yeneparlepá francés. English please. (no hablo ná de francés, inglés por favor)


Entonces, el joven policía entró a su oficina y nos tuvo en ese freezer llamado intemperie por otros 35 minutos, al salir, nos dijo en inglés (de nuevo con acento alemán):

No les creo que sean chilenos, tampoco les creo que sean estudiantes, no puede ser que lleven 3 meses estudiando en Francia y no hablen francés (en ese instante tuvimos que aguantarnos la risa por la seriedad del asunto). así que haré un reporte y le entregaré el documento a los policías suizos y ellos verán si los dejan pasar.


Luego de otros cálidos 30 minutos, el tipo reapareció de su oficina y fue en dirección de los policías suizos, que casualmente eran los mismos que nos habían "recibido" y que todavía debían estar comentando del "grupo de jóvenes que querian que no les cerraran la frontera", así que nos miraron, miraron al policia alemán, soltaron una carcajada (cosa DEMASIADO RARA en un suizo), nos hicieron avanzar y entre risas nos devolvieron los pasaportes.

Así que... rajamos a 80 km/h, pasamos por Locarno a comer un kebab, y seguimos en dirección sur para, en Genoa, esta vez doblar al oeste y seguir rumbo a casa, sanos, salvos, y sin multas que pagar.